Respuesta :

Se afirma que la literatura no sólo representa la identidad cultural de la comunidad o colectividad desde donde emerge, sino que ella misma crea identidad. Creemos que la correlación literatura-identidad, para que se torne productiva en términos de crítica literaria y cultural, hay que inscribirla en un horizonte político de comprensión; esto en la medida en que el reclamo por identidad y, sobre todo, el reclamo por una práctica textual literaria que problematice la identidad, no sería sino, en definitiva, una práctica política de visibilización que implica desafiar discursos e ideologías complacientes con estereotipos "oficiales" y/o con la negación radical del sujeto subalterno desde instancias de dominación. Partiremos del supuesto de que los efectos identitarios propios de la literatura (o que pueden serle reclamados a la literatura) tienen que ver más con la no-identidad de la identidad, con lo ausente y lo posible que se materializa como "presencia" a través de la memoria y/o de la imaginación literaria que construye la "otra historia de la historia".