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Ya no tiene vigencia la presunción de que la gente pasará sus vidas en un lugar, según un conjunto de normas nacionales y culturales, en países con fronteras impermeables. En lugar de ello, en el siglo XXI cada vez más personas pertenecen simultáneamente a dos o más sociedades. Esto es lo que muchos investigadores denominan “migración transnacional”.
Los migrantes transnacionales trabajan, rezan y expresan sus intereses políticos en diversos contextos, en lugar de una única nación-estado. Algunos echarán raíces en un país huésped, manteniendo fuertes vínculos con su patria, y participando en movimientos religiosos y políticos que abarcan todo el globo. Estos conceptos no son antitéticos.Tomemos Shrewsbury, un suburbio de Boston con casas caras y parques muy cuidados. Se asemeja a cualquier otra comunidad floreciente de Estados Unidos. Pero los buzones de las entradas revelan una diferencia: casi todos llevan el nombre “Patel” o “Bhagat”.En los últimos 20 años, inmigrantes indios del estado de Gujarat se trasladaron de pueblos y pequeñas ciudades del oeste de India, primero a complejos de apartamentos de alquiler, en el noreste de Massachussets, y luego a sus propias casas en loteos de las afueras de Boston. Viendo a estos habitantes suburbanos en el trabajo, la escuela y la construcción de congregaciones religiosas, un observador casual podría arribar a la conclusión de que representan otra ola de inmigrantes incorporados exitosamente a la búsqueda del sueño americano.Sin embargo, una mirada más minuciosa revela que también están buscando materializar los sueños de Gujarat. Envían dinero a la India para abrir empresas o refaccionar las casas y granjas de la familia. Trabajan estrechamente con los líderes religiosos para crear grupos hindúes en los Estados Unidos, fortalecer la vida religiosa en su patria, y construir una comunidad hindú global que trascienda las fronteras nacionales.El contexto de la migración transnacionalLa migración transnacional no es algo nuevo. A comienzos del siglo XX, los inmigrantes europeos también retornaban a su patria o participaban activamente en los asuntos políticos y económicos de sus países de origen desde su lugar de residencia en Estados Unidos.No obstante, algunas cosas son nuevas: la facilidad de transporte y comunicación, la inserción de los migrantes en el mercado de trabajo y su envío de remesas que generan creciente dependencia de los estados, y las políticas que éstos últimos implementan para alentar el nacionalismo perdurable, a la distancia, de los migrantes.Asimismo, no todos los migrantes son transnacionales, y no todos los que participan en las prácticas transnacionales lo hacen en forma permanente. Los estudios del sociólogo Alejandro Portes y sus colegas revelan que sólo 5 a 10 por ciento de los migrantes dominicanos, salvadoreños y colombianos encuestados en los Estados Unidos participaban en forma regular de actividades económicas y políticas transnacionales: incluso la participación ocasional tampoco es universal.La mayoría de los migrantes son activistas transnacionales ocasionales.