Respuesta :

Milagros de Nuestra Señora
              Prólogo
  Amigos e vasallos de Dios omnipotent, si vos me escuchásedes por vuestro consiment, querríavos contar un buen aveniment: terrédeslo en cabo por bueno verament.
  Yo Maestro Gonzalo de Berceo nomnado,                   5 yendo en romería caecí en un prado verde e bien sencido, de flores bien poblado, lugar codiciadero para ome cansado.
  Daban olor sobejo las flores bien olientes, refrescaban en ome las caras e las mientes,               10 manaban cada canto fuentes claras corrientes, en verano bien frías, en ivierno calientes.
  Habie hí grand abondo de buenas arboledas, milgranos e figueras, peros e manzanedas, e muchas otras fructas de diversas monedas,               15 mas no habie ningunas podridas nin acedas.
  La verdura del prado, la odor de las flores, las sombras de los árbores de temprados sabores refrescáronme todo e perdí los sudores: podrie vivir el ome con aquellos olores.                 

La benedicta Virgen es estrella clamada,
estrella de los mares, guïona deseada,
es de los marineros en las cuitas guardada,
ca quando éssa veden es la nave guiada.

Es clamada, y éslo de los cielos, reína,
tiemplo de jesu Christo, estrella matutina,
sennora natural, pïadosa vezina,
de cuerpos e de almas salud e medicina.

Ella es dicha fuent de qui todos bevemos,
ella nos dio el cevo de qui todos comemos;
ella es dicha puerto a qui todos corremos,
e puerta por la qual entrada atendemos.

Ella es dicha puerta en sí bien encerrada,
pora nos es abierta pora darnos la entrada;
ella es la palomba de fiel bien esmerada,
en qui non cae ira, siempre está pagada.

Es dicha vid, es uva, almendra, malgranada,
que de granos de graçia está toda calcada,
oliva, cedro, bálssamo, palma bien ajumada,
piértega en que sovo la serpiente alzada.

Sennores e amigos, en vano contendemos,
entramos en grand pozo, fondo nol trovaremos;
más serién los sus nomnes que nos della leemos
que las flores del campo, del más grand que savemos.