ORIGEN HISTÓRICO
La península itálica fue habitada originariamente por los Ligures (Golfo de Génova) y por los Vénetos (entre el rio Po y los Alpes). Los Itálicos,
arribaron hacia el año 1200 (a.C.) y desplazaron a sus primitivos
habitantes, ocupando las regiones de el Lacio, la Campania y Umbria.
Posteriormente etruscos (en el norte del Lacio) y griegos (en el sur de la península) se asentaron en la región.
Hacia el año 1000 (a.C.), los latinos (pueblo de
origen itálico) se establecieron en el Lacio, llanura limitada por el
Tiber, los Apeninos, el monte Albano y el mar Tirreno. El lugar estaba
rodeado por diversas colinas de baja altura que ofrecían una buena
protección natural. Los latinos construyeron sobre sus elevaciones
chozas circulares de adobe con techos de ramaje cónico.
Las regiones circundantes fueron ocupadas por otro pueblo itálico, los etruscos,
y fue por temor al pillaje, que las pequeñas aldeas se transformaron en
verdaderas fortalezas. Algunas de estas aldeas fueron habitadas por los
sabinos, pueblo que rápidamente se emparentó con los
latinos. Estos pueblos, para satisfacer sus necesidades económicas y
militares, formaron una confederación y eligieron como metrópoli la
ciudad de Albalonga.
A principios del siglo VI (a.C.) los etruscos conquistaron el Lacio y
llamaron a la aldea “Ruma” y con el tiempo, la transformaron en una
ciudad, con edificios y calles de piedra, cloacas y acueductos.
ORIGEN MITOLÓGICO
Cuando Troya fue destruida por los griegos, el gran heroe Eneas logró
huir de su ciudad natal y luego de muchas peripecias, llegó al Lacio y
fundó la ciudad de Albalonga. Eneas era el hijo de Anquises, un vulgar
mortal, y de Venus (en griego Afrodita) la diosa de la belleza y del
amor. Habia perdido a su esposa Creusa en la guerra por lo que había
tomado la decisión de salir de alli como fuera salvando a su hijo
Ascanio y a su padre.
Varias generaciones despues vendría Procas. Tuvo dos hijos y una
hija: Numitor, Amulio y Rea. Numitor era el hermano mayor y por lo tanto
era el heredero. Amulio era el menor de todos pero quería ser el
siguiente rey por lo que decidió matar a los hijos de su hermano Numitor
haciendo que no tuviera descendencia y no pudiera heredar el trono.
Pero aun quedaba Rea, su hermana mayor. Para conseguir que tampoco
tuviera descendencia la obligó a que se convirtiera en sacerdotisa
vestal (sacerdotisa dedicada a Vesta que estaba obligada a permanecer
virgen toda la vida). Tenía todo asegurado para ser el futuro rey pero
de nuevo intervino una divinidad. Marte, el dios de la guerra, se
enamoró de Rea y tuvo con ella dos hijos llamados Rómulo y Remo. Amulio,
al enterarse de esto entró en colera y encarcelo a su hermana. No
contento con eso tiro a sus dos hijos al río Tíber hacia una muerte casi
segura.
El rio los arrastró un trecho pero, cuando las aguas volvieron a su
cauce, la cesta con lo smellizos quedó en la costa, al lado de una
higuera y junto al monte Palatino. Una loba los amamantó y se hizo cargo
de ellos duante un tiempo. El tiempo que tardó Fáustulo, un pastor, en
encontrarlos. Los llevó a su casa junto a su esposa Laurencia y los
cuidaron como si de sus hijos se trataran. Cuando cumplieron la mayoria
edad Fáustulo decidió contarles su origen. Rómulo y Remo, al oir sus
palabras sintieron como la ira se hacia con ellos y partieron
rapidamente a vengar a su familia. Mataron a Amulio y restablecieron y
devolvieron el trono de Albalonga a Numitor.